Cuando hablamos de lentes progresivas, lo hacemos en general. Sin embargo, existen diferentes tipos de lentes que se encargan de corregir la vista cansada, también conocida como presbicia: las lentes monofocales, las bifocales y las por supuesto, las progresivas.
Las elegidas por la mayoría de la población son las gafas progresivas, ya que dan la opción de ver bien en diferentes distancias con mayor comodidad y sin tener que estar cambiando de gafas continuamente, en función de si queremos ver de lejos o de cerca.
Los cristales progresivos nos dan la posibilidad de enfocar los objetos a diferentes distancias y hacer una progresión entre estas.
Por norma general, la zona inferior del cristal es la que se gradúa para la visión de cerca, mientras que la superior, se gradúa para ver de lejos y la parte central se destina a las distancias intermedias.
Los diversos tipos de cristales progresivos delimitan y priorizan unas distancias de visión por encima de otras y su objetivo es el de que el campo de visión sea lo más completo posible para que, de esta manera, la transición entre las diferentes graduaciones sea cómoda.
No se busca únicamente ver «de cerca» o «de lejos». Cuando hablamos de la distancia de lectura, lo hacemos de aproximadamente unos 35 – 40 centímetros, mientras que, si hacemos referencia a la pantalla del ordenador, por ejemplo, esta cambia y es de 70 – 80 centímetros y la del televisor, de 3 o 4 metros, ya se considera de lejos.
Las gafas progresivas convencionales tienen una elaboración y diseño más tradicional. Son elaboradas con diseños preestablecidos y más sencillos que se adaptan menos al paciente, por lo que el proceso de adaptación suele ser más largo y costoso, y su uso bastante menos cómodo, en función de la graduación que tenga (cuanta más graduación, peor adaptación) y para qué vayan a utilizarse (ordenadores, especialmente).
En este caso, este tipo de lentes progresivas, que se conocen también como progresivos Free Form, utilizan un mayor número de parámetros personalizados que las lentes estándar. Se incluyen datos de la persona como la graduación, no solo de lejos, sino también de cerca, la distancia entre sus ojos, hábitos de lectura, etc y, estableciendo una serie de cálculos matemáticos, podremos delimitar las zonas visuales.
A mayor precisión en la posición de la lente respecto a los ojos, más correcto será el parámetro que utilizaremos para elaborar las gafas y aumentar el campo de visión del paciente. Es decir, con todos estos datos, también aumentará el confort y la adaptación.
La adaptación con los progresivos resulta mucho más sencilla y su uso más cómodo.
Los problemas de adaptación se pueden evitar, para ello se necesita una prescripción correcta y un buen estudio de las necesidades y distancias que son más utilizadas por parte del paciente.
Las lentes progresivas deben ser tan especiales como lo sea la visión. En Óptica Gasteiz contamos con una amplia variedad de productos de distintas gamas y precios, y te ayudaremos a encontrar el que mejor se adapte a tus necesidades tras un estudio en profundidad de tu salud visual.