¡Por fin llegó! Tiempo de playa, piscina, aire acondicionado pero, sobre todo, aire libre y por tanto, una mayor incidencia de la radiación solar. Vamos a hablarte de las 5 patologías oculares que puedes padecer en verano. Es importante tomar medidas especiales para evitar daños y problemas en nuestros ojos, motivados por la sobreexposición solar y las altas temperaturas.
Además de usar gafas de sol y piscina correctamente y de buena calidad que permitan reducir la posibilidad de infecciones. Existen varios tipos de patologías muy comunes en esta época del año y de las que, si conoces sus síntomas, te permitirán actuar con mayor rapidez, solucionándolas lo antes posible para evitar males mayores y cronificación.
Pero antes de entrar en harina, vamos a darte algunos consejos para evitar que cualquiera de ellas aparezca de manera inesperada y te acabe fastidiando el verano.
Si eres de los que usan lentes de contacto, para evitar patologías oculares, es importante reforzar la higiene que ya mantenemos durante el resto del año y desechar su utilización en playas y piscinas mientras nos bañamos. Al estar en contacto directo con la córnea, las condiciones de oxigenación favorecen infecciones provocadas por hongos y bacterias que pueden traer muchas complicaciones.
También es importante tener especial cuidado con la exposición a aires acondicionados ya que, la evaporación de la película lagrimal, encargada de proteger nuestra córnea y conjuntiva puede también provocar diversos problemas.
La conjuntivitis alérgica se trata de una inflamación de las membranas que cubren los párpados y la parte frontal de la córnea. Por norma general, esta conjuntivitis aparece con más frecuencia en la época primaveral y durante el verano. Sus síntomas más comunes son: picor, irritación ocular, enrojecimiento, ojos llorosos y luz que resulta molesta. También puede surgir por alergias: al polen, pelo de los animales o incluso el cloro de las piscinas.
Cuando hablamos de fotoqueratitis, lo hacemos de una inflamación de la córnea que genera defectos refractivos provocando: miopía, hipermetropía o astigmatismo. Esta dolencia produce dolor ocular, enrojecimiento, lagrimeo mayor de lo habitual y, en los casos más graves, problemas en la agudeza visual. Se trata de una patología que aparece con mayor frecuencia durante el verano ya que tiene su origen en una irritación o quemadura de la córnea motivada por la radiación ultravioleta del sol.
Una de las más populares y probablemente de las más incómodas, los orzuelos. Se trata de una inflamación de una glándula situada en la base de las pestañas. Su síntoma más común y llamativo es la hinchazón del párpado que genera molestias y habitualmente también bastante dolor. Su origen está en las bacterias propias de la piel.
Sí, la palabra celulitis es bastante común en esta época del del año, pero en este caso, estamos hablando de otra cosa. Se trata de una inflamación de las partes blandas de la órbita ocular. Suele estar motivada por una infección bacteriana. Les afecta especialmente a niños y personas mayores. Los síntomas son: dolor agudo, fiebre y malestar generalizado.
Este tipo de desprendimientos son más frecuentes en personas que sufren miopía o personas que han sido operadas de cataratas. Los síntomas más comunes son la aparición de moscas en el campo de visión o destellos de luz. Aunque puede aparecer en cualquier época del año, es más habitual con la llegada del buen tiempo ya que, está relacionada con los cambios bruscos que se producen al pasar de la oscuridad a la luz y viceversa.
Y recuerda, mantén una correcta higiene visual, hazte revisiones de forma habitual y utiliza productos que hayan pasado todos los controles sanitarios. ¡Disfruta de un verano con salud visual!