Adaptarse a las lentes progresivas puede tomar un poco de tiempo y paciencia, pero muchas personas encuentran que valen la pena.
Las lentes progresivas en los últimos años se han convertido en la opción más popular para todas aquellas personas que necesitan lentes multifocales a la hora de corregir la visión de cerca, de lejos y a distancias intermedias.
Hoy queremos que conozcas algunos trucos que pueden servir para adaptarse a las lentes progresivas y que, seguro, te harán la vida mucho más fácil en todo este proceso.
Es importante usar las lentes progresivas con regularidad para acostumbrarse a ellas. Si solo las usas de vez en cuando, puede ser difícil adaptarse a los cambios en la corrección de la visión.
Las lentes progresivas tienen zonas de corrección para diferentes distancias, por lo que puede ser útil mover la cabeza en lugar de que el movimiento sea solamente de los ojos a la hora de realizar el cambio de la distancia de visualización. Esto puede ayudarte a mantener una imagen clara y nítida.
Es posible que debas ajustar la postura al leer o mirar una pantalla para obtener la mejor imagen posible. Por ejemplo, puedes inclinarte hacia adelante para leer algo de cerca o sentarte más erguido para ver la pantalla del ordenador.
Si tienes problemas para adaptarte a las lentes progresivas, habla con tu profesional de la salud ocular. Ellos se encargarán de ajustar las lentes o proporcionarte algunos consejos y trucos más precisos para ayudarte en este proceso de adaptación.
Habitualmente, la adaptación a las lentes progresivas puede tardar algunos días o incluso algunas semanas. Pero con el tiempo, muchas personas experimentan una notable mejora gracias a las lentes progresivas que les proporcionan una corrección de la visión cómoda y efectiva para todas las distancias.
Es normal experimentar algunos síntomas durante el período de adaptación a las lentes progresivas. Así que no te asustes si de pronto notas cosas como:
Los cambios en la corrección de la visión pueden provocar mareo o desequilibrio al principio, especialmente al caminar o subir escaleras.
También es habitual que sientas que tu visión está distorsionada o que tiene un efecto de túnel. Esto puede dificultar la transición de una distancia a otra.
Al principio, es posible que la visión se perciba como borrosa o que haya dificultades para enfocar. Esto puede mejorar a medida que el cerebro se acostumbra a las lentes progresivas.
Los dolores de cabeza son muy habituales al principio, especialmente si se están utilizando lentes progresivas por primera vez o si la prescripción de corrección de la visión ha sido muy diferente a la anterior y se ha experimentado un aumento de la graduación importante.
Experimentar sensibilidad a la luz con las lentes progresivas es normal, sobre todo si está utilizando lentes con revestimiento antirreflejante.
En general, estos síntomas deben disminuir a medida que el cerebro se adapta a las lentes progresivas. Si experimentas síntomas graves o persistentes, acude al profesional de la salud ocular para que puedan examinarte y descartar cualquier otro problema.