En realidad la primavera en sí misma no afecta directamente a la visión, sin embargo existen algunas condiciones de salud que son más habituales durante esta temporada que sí pueden provocar algún que otro inconveniente.
La llegada de la primavera este año lo ha hecho por todo lo alto, con altas temperaturas, pocas lluvias y, no nos vamos a engañar, nuestro organismo no termina de acostumbrarse.
En el caso de la salud visual, con la llegada del buen tiempo es importante tener en cuenta que pueden producirse algunas circunstancias que tendremos que vigilar.
La primavera es una época del año conocida por sus altas concentraciones de polen en el aire, lo que puede desencadenar alergias en determinadas personas. Los síntomas de las alergias pueden incluir picazón, ojos llorosos y enrojecidos, pero también visión borrosa temporal. Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante que los trates adecuadamente para evitar cualquier impacto en la visión a largo plazo.
Si tienes alergias estacionales, es importante tomar medidas para reducir tu exposición al polen, como mantener las ventanas cerradas, usar gafas de sol al aire libre y limpiar regularmente tus ojos con algún colirio específico.
Además, la primavera es una época en la que hay un mayor riesgo de desarrollar conjuntivitis, una inflamación de la membrana que recubre el ojo. La conjuntivitis puede ser causada por una infección viral o bacteriana, y los síntomas pueden incluir enrojecimiento, picazón, lagrimeo y sensibilidad a la luz. Si se experimenta alguno de estos síntomas, es importante buscar atención médica para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Durante la primavera, los días son más largos y hay más luz solar. Esto puede ser beneficioso para la visión en términos generales ya que aumenta la producción de vitamina D, pero también puede aumentar la exposición a los rayos ultravioleta (UV) y con esto debemos ser muy cautos y prestar especial atención.
Si se produce una exposición excesiva a los rayos UV los ojos pueden verse dañados y aumentar el riesgo de cataratas y degeneración macular a medida que pasen los años.
Es importante proteger los ojos con gafas de sol que bloqueen los rayos UV cuando se está al aire libre durante largos períodos de tiempo, aunque esto no solo debemos hacerlo en primavera, sino durante todo el año.
Vamos a darte algunos consejos, para que puedas proteger tus ojos durante la primavera y disfrutar del clima cálido sin poner en riesgo tu salud ocular. Si experimentas algún síntoma preocupante, como dolor o enrojecimiento persistente, no lo dudes y consulta a un profesional de la salud oftalmológica.
Las gafas de sol son una excelente manera de proteger tus ojos de los rayos UV y reducir el brillo. Asegúrate de usar gafas de sol que bloqueen al menos el 99% de los rayos UVA y UVB.
Los sombreros y las gorras también pueden ser una forma efectiva de proteger tus ojos de los rayos solares. Elige sombreros con ala ancha para proporcionar sombra adicional a tus ojos y rostro.
Si sufres de alergias primaverales, es posible que notes tus ojos secos o irritados. Usa lubricantes oculares para mantenerlos hidratados y reducir la irritación.
Si los tienes irritados debido a la alergia, lavarlos con agua fría o solución salina puede ayudarte a aliviar esa incómoda sensación.
Frotar los ojos puede empeorar la irritación y la inflamación. En su lugar, utiliza una compresa fría para aliviar el picor y la inflamación.
Si tienes alguna inquietud sobre tu visión, consúltanos, somos profesionales de la salud ocular y podremos asesorarte.
Fotografía: Marymarkevich