Ahora que nos encontramos inmersos en días de celebración, vacaciones y grandes reuniones con mesas repletas de comida y bebidas, no queremos aguarte la fiesta y queremos hablarte de los efectos del alcohol sobre la visión.
Queremos que te cuides y que no te dejes llevar por la exaltación de la amistad. Que disfrutes sí, pero siempre con cabeza.
Aunque tenemos más que normalizada la ingesta de alcohol, especialmente en estas fechas, no debemos dejar de lado algunos datos de la OMS que advierte que cada año se producen 3,3 millones de fallecimientos relacionados con el alcohol ya que, no solo se trata de la principal la causa de los accidentes de tráfico, sino de la aparición de más 200 enfermedades y trastornos.
El alcohol tomado en cantidades moderadas y en ocasiones excepcionales no es altamente perjudicial. Sin embargo, no debemos olvidar que se trata de una droga que funciona como depresor del sistema nervioso. Su absorción en el aparato digestivo por donde pasa a la circulación sanguínea, viaja a todos los rincones del cuerpo humano. Y como no podía ser de otra manera, esto también incluye a los ojos.
El alcohol hace que disminuya el volumen de oxígeno en los glóbulos rojos. Esto tiene una consecuencia para nuestros ojos, ya que al restar oxígeno provoca que las pequeñas venas que riegan la esclerótica (la capa exterior del ojo que vemos de color blanco) se dilaten. Esto es lo que hace que nuestros ojos comiencen a tornarse en un tono rojizo.
En función de la complexión física de cada uno de nosotros y de la cantidad de alcohol que se haya consumido, los efectos del alcohol pueden resultar más o menos evidentes y afectarnos de un modo más o menos rápido. Pero en lo relacionado con la vista, el exceso de alcohol tiene unas consecuencias comunes, entre las que destacan la visión borrosa o doble.
Los ojos tienden a experimentar una alta sensibilidad a la luz, manifestando problemas a la hora de adaptarse a los cambios de iluminación. En ocasiones, incluso, algunas personas también pueden ver halos.
Pero, seguramente no estaremos contándote nada nuevo y todos estos efectos los conocerás o incluso, los has experimentado en alguna que otra ocasión… Sin embargo, en lo que nos gustaría hacer hincapié hoy es que todos estos problemas visuales hacen que sea peligroso realizar determinadas actividades, como por ejemplo, ponerse a los mandos de un vehículo, mucho más aún si esto se hace de noche.
Si el consumo de alcohol va más allá de las ocasiones especiales, como las fiestas navideñas, y se convierte en algo habitual, esto puede provocar problemas más graves en la visión.
El nervio óptico, responsable de hacer llegar al cerebro los estímulos eléctricos que permiten la visión, tiene una alta sensibilidad al alcohol. Si además tenemos en cuenta que, por normal general, el alcoholismo tiene asociado un déficit vitamínico y nutricional, esto afectará doblemente al nervio óptico, favoreciendo la aparición de lo que se conoce como neuropatía óptica. Cuando hablamos de esta patología lo hacemos de la pérdida de visión de manera lenta y progresiva motivada, como comentábamos por la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas y que, desgraciadamente, si no se reduce o cesa dicho consumo, puede derivar en la pérdida total de la visión, provocando la ceguera.
Pero además, el consumo de alcohol también puede provocar daños en la retina, sobre todo en la mácula, que es la parte que usamos para ver las cosas con detalle y, entre otras cosas, distinguir los colores. Cuando aparece la degeneración macular, esto puede tener como consecuencia un empeoramiento de la salud visual de la persona.
Nuestro país es el segundo país de Europa en el que se consume alcohol de manera habitual. Por eso, es importante concienciarnos sobre los peligros que supone hacerlo de forma constante y no solo en momentos ocasionales.
Desde Óptica Gasteiz te deseamos unas Felices Fiestas, pero como nos importas, también queremos que seas responsable y que recuerdes que, para prevenir cualquier problema de salud visual derivado del alcohol, la mejor forma es moderando o incluso evitando su consumo.