Todavía quedan algunos días de verano para disfrutar de las vacaciones y, es probable que si eres usuario de lentes de contacto te hayas hecho esta pregunta: Nadar con lentillas ¿es posible? Hoy vamos a resolverte esa duda.
La respuesta a esa pregunta es muy sencilla, debemos evitar en lo posible usar de lentes de contacto durante el baño y, el motivo también es muy simple. Al usar lentillas, uno de los principales cuidados que debemos tener es prevenir una contaminación bacteriana en los ojos.
Si nos ponemos a nadar con lentes de contacto se pueden producir infecciones oculares, irritación y situaciones nada beneficiosas para la salud visual.
Según las recomendaciones de la Food and Drug Administration (FDA) las lentes de contacto no deben estar expuestas al agua, tampoco al agua del grifo, así que mucho menos al de piscinas, mar, lagos o ríos.
En el agua hay virus y microbios que pueden resultar muy perjudiciales para nuestros ojos. Uno de los más peligrosos se conoce como Acanthamoeba, que puede quedarse adherido a las lentes de contacto y provocar queratitis de Acanthamoeba, cuyas consecuencias son la pérdida de visión permanente, incluso necesitar, si el proceso se complica y no se trata en tiempo y de forma adecuada, un trasplante de córnea.
Si no te queda otro remedio que nadar con lentillas y el agua te entra en los ojos, tendrás que retirarlas, limpiarlas y desinfectarlas rápidamente para evitar una irritación o infección ocular.
Es muy importante cuidar de forma correcta las lentes de contacto, esto te evitará muchos quebraderos de cabeza y se reducirán las posibilidades de contaminación.
Existen diversos tipos de lentes de contacto, en el caso de las lentillas rígidas permeables al gas (RPG) estas tienen más posibilidades de desprenderse del ojo. Por el contrario, las conocidas como lentillas blandas, es más difícil que esto suceda, tienen una superficie porosa y absorben los productos químicos de las piscinas y, por ende, las bacterias.
Pero, si usamos lentes de contacto para nadar, también pueden surgir problemas como que, estas últimas que hemos mencionado, se adhieran al ojo creando un efecto «ventosa», lo que provocará notables molestias.
Si por cualquier motivo necesitas nadar con lentes de contacto, lo ideal es usar lentillas desechables diarias, son las más seguras, ya que nos evitan la necesidad de limpiarlas y desinfectarlas.
Tendremos que retirarlas y deshacernos de ellas justo después de nadar y enjuagar los ojos con gotas humectantes o lágrimas artificiales y volver a colocar un nuevo par de lentes de contacto desechables diarias.
Si después del baño, percibes irritación prolongada o notas que tienes una mayor sensibilidad a la luz, no tardes en hacer una consulta con el oftalmólogo u optometrista inmediatamente.
Recuerda que una buena salud visual aumenta tu calidad de vida y, es necesario acudir a revisiones al menos una vez al año para prevenir posibles dolencias o patologías y comenzar su tratamiento.