Si hace poco que te has decidido a usar lentes de contacto, es probable que los primeros días te resulte complicado ponértelas y quitártelas. Por eso, hoy queremos contarte en tan solo tres pasos cómo ponerse (y quitarse) las lentillas de un modo sencillo.
Lo primero que debes hacer es limpiar y secar muy bien las manos. Este paso es importante para prevenir infecciones e irritaciones en los ojos. Abre el estuche de las lentillas y cógela con la yema de los dedos. Vigila que esté colocada en la posición correcta, es decir, mirando hacia arriba como si fuese un cuenco.
A continuación, para limpiar las lentillas, añade la solución específica para ello. Usa siempre la misma para que no haya mezclas.
Con la mano que te queda libre, sujeta con firmeza el párpado superior del ojo hacia arriba y, con uno de los dedos, ayuda a bajar el párpado inferior. Cuando los tengas bien sujetos, es el momento de colocar la lente de contacto en el ojo.
La lentilla se puede colocar directamente en la córnea, sin embargo, al ser una zona especialmente sensible al contacto, es probable que parpadees y no consigas colocarla. Otra opción, algo más complicada, es situar la mirada hacia arriba y ponerse la lentilla en un lateral, lo que conocemos como la parte blanca del ojo y, a continuación mirar hacia abajo, de esta forma la lente se colocará sola.
Cuando hayas conseguido colocar bien la lentilla y esta ya esté en su sitio, comienza a parpadear suavemente y a mirar hacia ambos lados, arriba y abajo, y así ayudar a que la lente de contacto termine de colocarse. Cuando no sientas ninguna incomodidad y observes que ves bien con la lente puesta, repite el mismo procedimiento con la del otro ojo.
¡Así de fácil!
Del mismo modo que cuando te las colocas, tendrás que lavar y secar bien las manos y abrir el estuche para guardar las lentillas añadiendo la solución de limpieza aproximadamente hasta la mitad.
Sujeta con firmeza los párpados y quita la lentilla utilizando los dedos pulgar e índice como si fuesen una pinza. Del mismo modo que lo hiciste al colocarla, mira hacia arriba y arrastra con un dedo la lentilla hacia abajo para, a continuación, sacarla.
Cuando hayas conseguido quitarte la lentilla, colócala sobre la palma de la mano y añade el líquido de lentillas para limpiarla bien y guardarla en el estuche, que terminarás de rellenar con el resto de la solución de limpieza.
Tanto para poner las lentes de contacto como quitarlas, es importante hacerlo con la máxima higiene, y es que, cualquier microorganismo que entre en contacto con la lentilla puede estropearla o provocar diferentes problemas en la salud visual (irritaciones, infecciones oculares, etc).
Otro detalle que pasa inadvertido con frecuencia, es la precaución con las uñas. Si no se tiene demasiada habilidad con la puesta y retirada de las lentes de contacto, las primeras veces es mejor que las uñas estén cortas, ya que podrían estropear la lentilla o arañar la córnea.
Colócate o quítate las lentillas en el baño. Será mucho más sencillo si tienes todos los elementos necesarios a mano y podrás verte en el espejo para que te resulte mucho más sencillo. Eso sí, ten cuidado, la lentilla podría colarse por el desagüe, así que tampoco te olvides nunca de colocar el tapón en el lavabo.
A la hora de colocar el estuche para guardar las lentillas hazlo en una zona lisa, para que no se caiga y alejado de cualquier otro elemento que pudiese contaminar el líquido. El estuche también debe estar en perfectas condiciones, lo ideal es cambiarlo aproximadamente cada dos o tres meses.
Y recuerda, si se te rompe una lente de contacto, nunca te la pongas rota, evita ducharte o nadar con ellas y sobre todo, nunca utilices lentillas caducadas porque puede tener consecuencias graves para tu salud ocular.
Utilizar lentillas es cómodo y sencillo, solo tienes que acostumbrarte poco a poco. Si estás pensando en comenzar a usarlas, ven a vernos y te asesoraremos sin compromiso.