El uso continuado de auriculares a un volumen alto, es uno de los factores que mayor incidencia tiene a la hora de perder audición. Eso es lo que ha concluido un informe reciente de la OMS.
Nada menos que 1.100 millones de personas tienen riesgo de perder o ver disminuida su capacidad de audición, utilizando de forma constante auriculares con un volumen alto, según los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el Día Mundial de la Audición.
«Al menos 1.100 millones de personas están en riesgo de perder la audición por la manera en la que escuchan música, a volúmenes excesivamente altos y durante un tiempo prolongado», explicó la especialista en el cuidado de orejas y oído de la OMS, Shelly Chadha.
Entre las recomendaciones para evitarlo, se encuentra el uso de auriculares que incluyan la opción de cancelar el ruido exterior ya que, existen estudios que demuestran gracias a ello, sus usuarios no suben tanto el volumen cuando aparecen sonidos de fondo.
«Muchas personas no saben que esto es un riesgo o no les importa», afirmó Chadha.
La OMS cuenta con un proyecto en colaboración con la Unión Internacional de Telecomunicaciones, para desplegar mensajes de alerta en los teléfonos móviles que avisen de que se está superando el nivel de volumen que puede llegar a hacer daño a la audición.
A día de hoy existen 1.500 millones de personas con problemas importantes de audición, casos incluso que hay llegado a la sordera total, y la OMS estima que este número podría llegar hasta los 2.500 millones en 2050.
Casi un tercio de las personas que padecen este problema requieren rehabilitación de la audición, pero la OMS considera que solo el 17 % de ellas tiene acceso.
Shelly Chadha manifestó que la pérdida de oído que no llega a tratarse, puede llegar a costarle a la economía global casi un billón de dólares al año, un coste que, obviamente aumentará en función del incremento del número de personas que lleguen a padecer este problema.
Otros de los motivos que la OMS apunta para la pérdida auditiva, son las infecciones (meningitis o rubéola) además de los ruidos fuertes en el trabajo. Todos estos factores de riesgo se pueden prevenir estableciendo estrategias de salud pública, que podrían evitar hasta el 60 % de los casos, especialmente entre los más pequeños.
Debido a la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, el 74 % de los 192 Estados miembros de la OMS han informado de la interrupción parcial o total de la rehabilitación auditiva.
Esto ha provocado, además, un grave impacto en las personas con problemas de audición, ya que se produce un aislamiento social elevado y grandes problemas por el uso de mascarillas, que les dificulta escuchar a los demás o tener la posibilidad de leer los labios.