Existen diferentes factores que influyen en la pérdida de audición. Cuando se trata de una sordera no hereditaria se pueden valorar diversas causas. Vamos a ver algunas de las principales y cómo prevenirlas o, al menos, minimizar su daño.
La sordera no hereditaria puede ser provocada por múltiples factores, pero es importante no dejar pasar ningún síntoma que nos avise de que hay algo que no funciona bien. La revisiones y mantener unos hábitos de vida saludables, pueden ayudar a mejorar nuestra audición y retrasar la aparición de la sordera
Existen algunas enfermedades y causas médicas que pueden provocar sordera. Por ejemplo, la meningitis, la rubéola, la paperas, la otitis crónica y la enfermedad de Ménière pueden acabar dañando los oídos y causar pérdida auditiva.
Probablemente esta sea una de las más comunes, la exposición prolongada o repetida a ruidos intensos, como música alta, maquinaria industrial o explosiones. El uso de cascos de manera diaria a un volumen demasiado alto puede causar daño en los oídos y llevar a la sordera, por eso es importante tener precaución en este sentido.
Las lesiones graves en la cabeza también pueden ser causa de daño en los oídos y ocasionar pérdida auditiva. Esto puede ocurrir, por ejemplo, en accidentes automovilísticos, caídas o lesiones deportivas.
Existen algunos medicamentos ototóxicos, suelen ser determinados tipos de antibióticos y quimioterapia, así como la exposición a sustancias químicas tóxicas como el mercurio, que también generan daños en los oídos y pueden acabar por provocar sordera.
Aunque el motivo más habitual de la pérdida auditiva está relacionada con la edad, y es conocida como presbiacusia, se trata de la causa más común de sordera no hereditaria. De manera natural, a medida que las personas vamos envejeciendo, es normal que se experimente una disminución gradual de la audición.
Otras lesiones que afectan directamente a la audición con las lesiones en el oído, como por ejemplo una perforación del tímpano o las lesiones en los huesos del oído, pueden acabar con un resultado de sordera.
Aunque no se trata de una sordera hereditaria, algunas personas nacen con malformaciones en los oídos que pueden provocar una pérdida auditiva. Estas anomalías incluyen habitualmente la falta de desarrollo completo de las estructuras auditivas.
Cabe destacar que estas son solo algunas de las causas más comunes de sordera no hereditaria, pero existen otras condiciones y factores que también pueden desencadenar la pérdida auditiva.
Algunas de las que hemos comentado pueden prevenirse con prácticas saludables y el cuidado necesario de los oídos. En cualquier caso, si estás experimentando problemas de audición, te recomendamos que acudas a un profesional especialista en audición que pueda ayudarte a recibir un diagnóstico adecuado y determinar el tratamiento que mejor se adapta a tu caso particular.
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