Si sois de los que la crisis de los 40 no os ha supuesto ningún problema, os sentís como si acabaseis de cumplir los 30 y el término cuarentones os parece una falta de respeto… Sois cuarentañeros a mucha honra, pero… la hipermetropía hará su aparición, tarde o temprano.
Son muchas las personas que al cumplir los 40, de pronto, como por arte de magia, y después de haber tenido toda la vida la vista de un halcón, comienzan a estirar el brazo para leer los whatsapps en el móvil.
La cosa de pronto se pone complicada, especialmente porque el brazo tiene una medida y llega un punto en el que ya no se puede estirar más.
Pues bien, es hora de asumirlo, aún se es joven, casi no han aparecido las primeras arrugas, ni siquiera las primeras canas, pero lo que desde luego ha hecho su aparición, es la hipermetropía.
Son muchas las personas que dejan de ver de cerca de un modo prácticamente repentino, se asustan y no entienden qué es lo que está sucediendo.
Sin embargo, esto es mucho más habitual de lo que parece. La hipermetropía es una de las patologías visuales que nos acompaña toda la vida, ya que es de nacimiento, sin embargo, y en función de la mejor o peor refracción del ojo, da la cara antes o después. Por desgracia, los 40 es una edad bastante habitual para ello.
Si se ha tenido una buena refracción, el ojo ha ido «corrigiendo» la vista, pero con la edad, resulta menos flexible, la córnea se convierte en mucho más rígida y, de la noche a la mañana, ayudada en la mayoría de las veces por algo de estrés, hace su aparición estelar.
En ocasiones, es habitual que también se pierda algo de vista de lejos, pero esta suele mejorar al corregir el problema de la hipermetropía con unas lentes que permitan ver de cerca.
El ojo hace un esfuerzo enorme y al forzar la visión de cerca hace que esto repercuta en la de lejos.
En cualquier caso, siempre ha de ser el profesional el que te aconseje sobre el número de dioptrías y problema que tienes en la vista, para ponerle la solución más adecuada a tus necesidades.
Así que, además de recomendar, como siempre, que se acuda a una revisión de la salud visual, al menos una vez al año con el óptico optometrista, cuando tenemos alguno de estos síntomas, no debemos dejarlo pasar. No podemos engañarnos, la vista no va a mejorar y seguir forzándola a la hora de leer, trabajar frente al ordenador o realizar cualquier otro tipo de actividad, lo único que conseguirá será frustrarnos.
Así que, si perteneces a ese grupo de edad, los «cuarentañeros» y te suena algo de lo que hemos contado, no lo pienses. Acude a que te hagan una revisión y puedan graduar tu vista en tu óptica de confianza.
Además, ¿has pensado alguna vez en lo bien y lo interesante que te pueden hacer unas gafas?